Aproximación al texto de Marcos 5, 21-24, 35-43 y Paralelos Sinópticos, Propuesta de Aplicación Pastoral
Pbro. Johnnathan Giménez S.J
Nos disponemos
a realizar un esfuerzo por analizar la perícopa del evangelio de Marcos y sus
sinópticos que narran la curación de la hija de Jairo, un funcionario de la sinagoga de esa región.
El objetivo
fundamental se centra en un intento personal
y académico en ubicar aquellos aspectos que pueden ser considerados de
mayor relevancia, así como situar la
perícopa en su ambiente histórico. Trataremos de establecer las ideas que
presenta el texto con atención a lo particular de cada autor evangélico.
Finalizaremos con una propuesta de aplicabilidad de uno de los textos en un
contexto de trabajo pastoral.
Desarrollo
Marcos
5:21-43
“En aquel
tiempo Jesús atravesó el lago en la barca y de nuevo se juntó mucha gente
alrededor de él en la orilla. Llegó entonces uno de los jefes de la sinagoga,
que se llamaba Jairo y, cuando vio a Jesús, se postró a sus pies. Le rogaba:
“Mi hija está agonizando; ven, pon tus manos sobre ella para que se sane y
viva”. Jesús se fue con Jairo en medio de un gentío que lo apretaba.[…]
Jesús estaba todavía hablando cuando se
acercaron algunos de la casa del jefe de la sinagoga, diciendo: “Tu hija ya
murió… Jesús... dijo al jefe de la sinagoga: “No tengas miedo, solamente ten
fe”... Cuando llegaron a la casa... Jesús les dijo: “¿Por qué esta bulla?, la
niña no ha muerto sino que duerme”... Tomando la mano de la niña, le dijo: “Talitá
kum”, que quiere decir: “Niña, a ti te lo digo, levántate”. Y ella se
levantó al instante y empezó a corretear, pues tenía unos doce años. Había que
ver el estupor que esto produjo. Pero Jesús les ordenó severamente que no lo
contaran a nadie, y además mandó que dieran de comer a la niña.”
Esta perícopa la encontramos en los sinópticos restantes; en Mateo. 9, 18
- 26 y en Lucas. 8, 40 - 56. Esta narración de
Marcos, en contraste de los otros sinópticos, es muy minucioso, la
representación de los personajes y los sucesos, nos revelan que el testigo, nos
hace ver con cuidadoso detalle todas las
actitudes, que suceden Momento a momento, la de Jesús, los discípulos, las
personas, los que imploran, los que sufren, los que turban y los que lloran, en
otra palabras, es un relato lleno de vida.
Ha de
recordarse que en Marcos uno de los objetivos primordiales es el de mostrar a
Jesús como como el Siervo de Dios en
acción. Para Biglia, Marcos escribe a
una comunidad perseguida…todo el evangelio es un seguimiento de Jesús.[1]
Escribe a los cristianos perseguidos. Este evangelio es orientado a los
gentiles; explica las cuestiones judías (tradiciones, palabras, frases) se
encuentra la utilización de palabras latinas. En su composición llama
poderosamente la atención el hecho de usar más de cuarenta veces la palabra
“euthos” (luego, inmediatamente, y...)
Como particularidad del evangelio de Marcos,
llegó a pensarse, que por su forma de escritura; directa, con incisos y
palabras llanas, no era de los primeros evangelios. Su modo de expresar las
acciones de Jesús en formas poco estilizadas le valió este tipo de apelativos.
En cuanto a la teología de Marcos según
Gnlika, la intención primitiva consistió en trasmitir tradiciones de Jesús. Su
tarea consistía en tejer estas tradiciones en un marco vinculante, el
evangelio. Este debería servir a la proclamación de la iglesia.[2]
La perícopa a desarrollar según Biglia,
pertenece a lo que se ha llegado a denominar “milagros agrupados” son dos
milagros distintos unidos en una solo relato.[3] La curación de la mujer con flujo de sangre (V.
25-34) de la cual no se tratará en este ejercicio. A esta técnica marcana
algunos estudiosos como Harrington[4] le
llaman “sándwich”.
Ubicamos a Jesús volviendo a
Galilea luego de la curación del endemoniado de Gerasa; Mc. (5, 1-20). La riqueza teológica que presenta esta
perícopa es altamente elevada por diversos autores. Los símbolos utilizados por
el evangelista como el mar, la barca, la orilla del lago, etc. expresan un
lenguaje lleno de sentido.
Biglia menciona que marcos coloca el mar como
símbolo del mal que Jesús viene a destruir.[5] Otro de los elementos que merece la pena ser
mencionado es el de la multitud, el gentío que esperaba a Jesús. Como mencionan
Mateos y Camacho esta multitud está a la espera de Jesús buscando lo que la
institución religiosa no les da, hablan de un pueblo oprimido por prácticas
religiosas y dirigentes religiosos en los que no encuentran consuelo.[6] (V.
21ª).
Otro aspecto importante es lo
referente a que el lugar donde ha desembarcado Jesús hay una sinagoga. (V. 22.)” Un jefe de la
sinagoga”, llamado Jairo es el nuevo personaje que aparece en escena. Llama la
atención que un funcionario de la sinagoga no venga a Jesús con desanimo, más
bien llega a echarse a sus pies implorando por su hija. (V. 22-23). Este gesto
indica varias cosas; en primer lugar que esta persona ha escuchado sobre Jesús
y sus milagros, que la situación de desespero ante la salud de su hija le
llevan a romper el muro de colocarse abiertamente contra las autoridades judías
al buscar la ayuda de Jesús.[7]
Marcos pone en boca de Jairo que su hija está agonizando (V. 23ª) a diferencia
de los otros dos sinópticos que dicen que ya ha muerto.
En lo consecuente Jairo le pide a Jesús que venga a su casa, para que le
imponga las manos, se salve y viva (V. 24ª). El imponer las manos, subrayan
diversos autores, se refiere a una práctica de la tradición taumaturga, el
milagro de la sanación es transmitido por la persona que tiene ese poder.
Mateos, J. y Camacho, F mencionan que en la cultura judía significaba la
trasmisión de una fuerza o energía personal y se usaba para curar o
bendecir…que se interpretaba como comunicación de vida.[8]
Al finalizar el relato del milagro de la mujer con flujo de sangre vuelve
a la escena Jairo (V. 35), ahora ha llegado alguien que le dice que no es
necesario molestar ya al maestro porque su hijita ha muerto. Tal vez la última
esperanza que poseía Jairo se desvaneció con esa noticia, la fe que tenía en
que Jesús pudiera salvarla se desmoronó.
Ante la noticia fatídica de la muerte
de la niña Jesús saca a relucir lo que se considera el mensaje y sentido de
estos dos milagros; la fe la muerte y la vida. Le dice a Jairo que no tema, que
solamente tenga fe (V. 36 b) la fe que pide Jesús rompe las fronteras de la fe
que Jairo traía en su búsqueda de Jesús. Quienes acompañan a Jesús son Pedro,
Santiago y Juan, deja atrás a la muchedumbre y se encamina a la casa del jefe
de la sinagoga. Este gesto de permitirse ser acompañado por estos tres
discípulos responde a la tesis de algunos autores como Harrington en que estos
conformaban el círculo íntimo de Jesús, pues están presentes en los milagros y hechos
trascendentales de Jesús.[9]
Cuando
llegaron a la casa Jesús vio un gran alboroto, y gente que gritaba y lloraba,
todo el “rito” ya evocado por Jeremías, (Jer 9:17-18). Ante este panorama Jesús
les dice a los presentes, « ¿Por qué se alborotan y lloran? La niña no está
muerta, sino que duerme» (V. 39). Encontramos
aquí el uso eufemístico del sueño por la muerte es usual al pueblo judío. Y los
presentes no aceptan las palabras de Jesús, no entienden que el poder del hijo
de Dios ante la vida y la muerte es ilimitado. Por ello sabiendo aquellos
mercenarios fúnebres la realidad de la muerte de la niña, se rieron de Jesús. Según
Mateos, J. y Camacho, F, la reacción de los presentes es de total
escepticismo. No aceptan la esperanza que les abre Jesús. En su interpretación
estos autores presentan a la niña que ha muerto como el pueblode Isrrael
…constatan que en la institución el pueblo muere y se limitan a desahogar s
Sólo
permitió penetrar en la habitación de la niña muerta a sus padres y a sus tres
apóstoles. Y “a todos los demás los echó fuera” (V. 40)
Y,
acercándose al lecho, tomó a la niña de la mano, y le dijo unas palabras en
arameo. «Talitá kum», que significa: « ¡Niña, Yo te lo ordeno, levántate!»(V.
41), para diversos autores estas palabras en arameo indican la antigüedad del
relato, para otros autores puede suponer una frase sanadora. En ella se
encierra el carácter sanador de Jesús destacándose su autoridad.
Y al
instante la niña de doce años se levantó y echó a andar, luego mandó que diesen
de comer a la niña (V. 42) para Harrington
la acción de la niña y la reacción atónita de la gente confirman la realidad
del milagro.[10] Para Gnlika, la mano contactante
de Jesús trae la salvación, pero el horizonte conceptual es bíblico, hay que
pensar en la poderosa, protectora auxiliadora mano de Yahvé.[11] Pero
para otros autores como Mateos, J. y Camacho, F. resalta también el hecho de
que Jesús vuelve a quebrantar la ley al tocar un cadáver. Jesús no respeta la
lay de lo impuro, que, apelando a una supuesta voluntad divina, le habría
impedido dar vida a ese pueblo…para Jesús, el único criterio para juzgar de lo
bueno y de lo malo es el bien del hombre.[12]
En el V.
43 el ruego de Jesús porque no se diga nada sobre lo que allí ha sucedido es
incomprensible. Una demostración de poder de tal magnitud no podría haber
quedado en silencio. En el mismo versículo cuando manda que le den de comer nos
demuestra este relato la verdad de la resurrección, porque no sólo la había resucitado, sino curado; la necesidad
de comida es símbolo de la perfecta
salud que ya tenía. Como nos comenta Harrington, este detalle confirma
el hecho de la curación al tiempo que manifiesta la curación de Jesús.[13]
Esta
perícopa nos muestra el poder de Jesús que se manifiesta incluso ante la muerte,
que se somete a su palabra absoluta, la resurrección de la hija de Jairo, nos muestra
el poder de Jesús sobre la vida humana.
Aplicación pastoral de la perícopa de Marcos 5, 21-24, 35-43
En este pasaje del
evangelio evidentemente que el signo que nos llama fuertemente la atención es
la resurrección de la hija de Jairo, una niña muerta precozmente a los doce
años. Pero para el poder de Dios todo es posible, y es igualmente manifestación
de su amor.
Ante el milagro de la
resurrección de la hija de Jairo, podríamos tener dos actitudes; una actitud de
auditorio, simplemente nos acercamos a esta narración del evangelio con
curiosidad, para estar simplemente informados, como espectadores ante una
realidad que no es con nosotros. Podríamos pensar sobre suerte que ha tenido
este papá a quien Jesús le devolvió viva
y sana a su hija.
Pero a la vez, podemos estar pensando, la
cantidad de niños y niñas, cuántos
jóvenes que han muerto y siguen muriendo prematuramente en el mundo, en nuestro
país y en el barrio, sobre los que no ha ocurrido ningún milagro como este.
Simplemente las personas han quedado congeladas, llorosas y apesadumbradas por
el poder destructivo de la muerte.
El milagro de la resucitación de la hija de
Jairo no puede quedar allí, sólo en el hecho milagroso, al final la niña habrá
muerto como todos unos años más tarde. Tenemos
entonces que el hecho milagroso no acabó con el "problema de la
muerte", simplemente lo retrasó por unos años.
Quienes tengan estas opiniones no deducirían nada del trasfondo del milagro y no permitirían que el milagro significara una llave que nos
abra la puerta de la fe en Jesús. La fe que Jesús pedía a Jairo en su dolor y
desesperación.
Como seres creados y finitos, parte de la
vida es la muerte, a ella nos enfrentamos día a día. Podemos situarnos ante
ella como el final o como parte de la vida. La muerte no es el final y eso es
lo que viene a decirnos hoy Jesús. Por eso como cristianos necesitamos tener ante
este milagro otra actitud, hay que ver con los ojos del corazón: la lección
fundamental de este milagro es el poder de Jesús sobre la muerte. Jesús, el
dueño absoluto de la Vida tiene un absoluto poder sobre la muerte.
Y el poder más fuerte que tiene Jesús sobre
la muerte, es arrancarla de su fuerza destructora. Hacer que la muerte no sea
muerte, sino aurora de vida, amanecer radiante. Cristo con su muerte destruyó
la muerte.
La victoria que Cristo tiene sobre la muerte, el verdadero
gran milagro, está en penetrar en la realidad última de la vida y de la muerte
y hacernos encontrar una bella flor: el sentido verdadero que tienen tanto la
vida, como la muerte. Porque para los cristianos el real sentido que hemos
descubierto y en el cual creemos por medio de la fe en Jesús, nos hace ver a la
muerte con otro a mirada, una mirada transformada en el despertar a la vida.
La muerte como parte de nuestra condición de
seres creados y la razón de nuestra fe, nos desafían para que superemos la
tristeza con que solemos mirar la muerte. Sólo
cuando la muerte nos toca de cerca enfrentamos esa realidad que nos espanta y
nos hace reflexionar sobre el sentido de nuestras vidas. Esta realidad nos hace
darle su auténtico sentido.
El sentido de la vida es algo tan importante, dar
sentido y respuesta a la vida, a nuestra propia vida en Cristo es nuestra
primordial tarea, pues sin él nos
resulta muy difícil vivir esta vida. Quien no encuentra sentido a la vida vive
como quien va en la obscuridad sin saber dónde va.
La vida es hermosa, y se vive sólo una vez,
que el Señor de la vida nos tome de la mano, nos levante de nuestros
sufrimientos, nos sane y nos de la vida verdadera para siempre. Amén.
Bibliografía
Biglia S. et al. (2003) Comentario Bíblico Latinoamericano. Verbo
Divino. Pamplona
Gnlika, J. (1999)
El evangelio según san Marcos. Vol.
I. Sígueme, salamanca.
Harrington,
D. et al. (2004) Nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo. Verbo Divino. Pamplona,
Navarra.
Mateos, J.
y Camacho, F. (2003) El Evangelio de
Marcos I. Análisis lingüístico y Comentario exegético. El Almendro.
Schokel, A.
(1993) Biblia del Peregrino. EGA
Mensajero.
NOTAS:
[1] Biglia S. Comentario Bíblico Latinoamericano.
(2003) p. 401
[2] Gnlika, J. El evangelio según san Marcos. Vol. I.
(1999) p. 30
[3] Biglia, J (2003) p. 423
[4] Harrington, D. Nuevo
Comentario Bíblico San Jerónimo. (2004) p.33
[5] Biglia S. (2003) ídem.
[6] Mateos, J. y Camacho, F. El Evangelio de Marcos I. Análisis
lingüístico y Comentario exegético.
(2003) p. 462
[7] Harrington, D. (2004) p.33
[8] Mateos, J. y Camacho, F.
(2003) p. 464
[9] Harrington, D. (2004) p.33
[10] Harrington, D. (2004) p.
34
[11] Gnlika, J. (1999) p. 253
[12] Mateos, J. y Camacho, F.
(2003) p. 494

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